Como bien dice mi perfil soy de Oviedo y Madrid; pues calculo que de aquí a un tiempo habré vivido tanto en un lado como en otro, a caballo (que se dice) entrambas ciudades de un Alsa. Y fruto de esa doble experiencia traigo aquí, no mi primer idea, sino mi primer consejo.
En Oviedo, una de las ciudades más limpias de España (premiada incluso), los barrenderos usan unas escobas muy antiguas, de diseño rústico, tosco, poco chic... pero eficaces, ligeras y prácticas. ¿Y por qué cambiar una cosa que funciona bien? Cuando algo funciona, hay que dejarlo, ¡ni tocarlo!
La de la derecha es la escoba "Ovetensis singularis", abajo, estatua en Madrid al Barrendero. Observen el escobón, de ¡bronce! Algunos se preguntan si no pesará demasiado...
Sin embargo, al ayuntamiento de Madrid les llega tarde esta observación. Su servicio de limpieza ha renunciado a la escoba tradicional y vegetal que podemos ver aún en Oviedo y sus barrenderos cargan con unos pesados escobones de cerdas plásticas que impiden barrer en condiciones las esquinas cerradas y, además, levantan mucho polvo, pero, sobre todo, pesan mucho más que las livianas escobas ovetenses.
Desde El Placer de una [Buena] Idea recomendamos al Ayuntamiento de Madrid que renuncie a sus escobones en pos de una mayor limpieza y mejor salud para sus barrenderos, que ellos y todos los madrileños nos merecemos lo mejor.
Sigo pensando...
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