domingo, febrero 03, 2008

El nuevo anuncio de FLC

La Fundación Laboral de la Construcción vuelve a la carga. Han cambiado el anuncio para informar del inicio de sus cursos de formación laboral. El anterior mostraba a unos críos trabajando y una voz en off decía: "Lucía, 9 años, topógrafa", "José, 10 años, operador de grúa" y similares. Curiosamente, el anuncio pretendía hacer ver (o así lo entendí yo) que el futuro está en esas profesiones. Sin embargo, curiosamente, insisto, me comentaron que muchas madres llamaron a FLC preguntando cómo apuntar a sus niños a esos cursos. Y claro... ¿cómo va a haber cursos de topografía, gruísta, calderero, soldador para niños? El anuncio era bueno, pero un público no buscado lo entendió mal. Error. Por este motivo, probablemente, hayan decidido cambiar de anuncio para este año. La estética es similar. Fondo blanco, un joven (el objetivo) y una fotografía en sus manos con un ordenador o un ciclomotor o un algo que con el trabajo se pueda conseguir (no recuerdo todos). La narración es clara, Este es el ordenador de Lucía. Ha hecho tal curso en la FLC y ha encontrado un trabajo. Blanco y en botella.

Al ver esos anuncios me di cuenta de una cosa. Los jóvenes tienen unas prioridades que antaño otros jóvenes no tenían. El trabajo ya no es para formar una familia e iniciar una nueva vida. El trabajo ahora es para satisfacer necesidades personales un tanto supérfluas. En ningún momento el anuncio de FLC hace mención al futuro de esos chavales. Sino al presente, al inmediato, a la satisfacción de un deseo. Un ordenador, un ciclomotor o bien podrían haber puesto una consola, un viaje por Europa... Leí hace unos días un artículo en La Nueva España del Sr. García Cuervo en el que se refería a esto mismo. No se ahorra para dar la entrada de un piso. Gastamos y gastamos. No sé, es curioso cómo se quejan y a veces nos quejamos de todo lo mal que están las cosas y nunca hemos estado mejor. ¿Qué pasa? ¿Nos ha vencido el hedonismo y la bohemia? ¿Es el regreso de la Baudelaire generation? Pues habremus de tener cuidado. El albatros vuela muy alto, pero cuando se la pega no vuelve a retomar vuelo. Y es que... que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde. Mira que no leo poesía, pero hoy me encajaron estas dos como calamar a tenedor. Se recomienda: El albatros de Baudelaire y No volveré a ser joven de Gil de Biedma.

Sigo pensando...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Respuesta de una joven al mismo anuncio:
http://hexagoteca.blogspot.com/2008/02/luca-ya-tiene-coche.html