¡Amos, ya!
Anuncio de TV. Dos maromos de hercúlea figura y sabrosona tableta de chocolate comentan entre ellos, así en plan amigo gay, que los pantalones que se están probando (¿juntos?) no les valen porque han comido mucho. ¡Horror!
A su socorro acude una fermosa doncella en lencería, que como toda buena mujer que se precie, tiene un bolso similar a la mochila de mochilo o el bolso de Mary Poppins. De allí, la zagala tobuenorra saca un sobrecillo de Fat Away y le hace una cubana al sobre a la vez que dice que no sé qué, disculpen, pero como diría aquel, aún no he llegado a su cara, para acto seguido recomendárselo entre risas estúpidas (es rubia, como diría aquella) a los apesadumbrados chicos que no saben qué hacer para meter sus portentosos abdominales en sus dockers. ¡Pasa de la grasa! les dijo.
Hacía años que no veía un anuncio sobre productos adelgazantes tan cutre y zafio. Ni siquiera los de las fajas reductoras son tan cutres. ¡Qué vergüenza para la agencia! Cabe preguntarse si esto lo ha impuesto la empresa o el creativo. Cruzo los dedos para que semejante despropósito y gasto de energía humana no sea por parte de la agencia de publicidad.
Punto y (quizá) aparte
Hace 2 meses
2 comentarios:
Estoy viendo el anuncio ahora y la verdad es q es lo pior de lo pior. Y la Vania millán, parece q la va a dar un telele con esos espasmos que la dan. Que pena da la tele!!
Lo pior de lo pior, nunca mejor dicho. La tele tiene estas cosas. A veces nos sorprende con muy buenos anuncios, y otras nos desilusiona con semejantes despropósitos.
Un saludo, chiki y gracias por pasarte por aquí.
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