Cuando leía la Larousse (esos vicios que uno tenía de crío...) siempre me sorprendió el grafismo usado para señalar la fecha del nacimiento y la muerte del personaje de la referencia. Para la primera usaban una especie de estrella-asterisco *. Tiene su lógica, ya que un nacimiento es un alumbramiento. El fallecimiento del personaje lo representaban con una cruz cristiana. Hasta ahí, todo normal. Nace=estrella. Muere=cruz. La cruz es un símbolo de muerte (y sufrimiento). Bien.
Crecí, dejé de leer la Larousse, y no volví a pensar en ello hasta que topé con una esquela hace unos días. La esquela no tenía cruz.
En Asturias y en casi toda España, el diseño de esquelas es muy parecido. Una cuartilla con un marco negro/morado, una cruz en la parte central de la mitad superior y el texto en la mitad inferior. Así son las esquelas y así han sido. Sin embargo... ¿si el fallecido es ateo? ¿Le quitamos la cruz y dejamos la esquela con todo ese espacio en blanco, con esa ausencia mayor que la del propio muerto? No debería ser así. Las funerarias deberían adaptarse un poquito, "innovar", y ofrecer a los familiares esquelas adaptadas a la voluntad del fallecido.
Si para los niños suele ponerse una paloma o un cándido rezando, ¿qué símbolo puede representar el fallecimiento de una persona que no sea una cruz cristiana?
Sigo pensando...
Punto y (quizá) aparte
Hace 2 meses
1 comentario:
Podría ser el símbolo de la tierra, un planeta azul. Un círculo, por ejemplo.
En Rememori ya nos habíamos planteado este problema la verdad.
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