miércoles, noviembre 18, 2009

Innovación I: Un carlista innovador, una innovación eficiente

"La mejor manera de predecir el futuro es creándolo"

España es un país de creativos e ingeniosos. No contaré aquí la de soluciones chapuceras que hemos desarrollado los españoles para tirar palante, pero sirvan de ejemplo las ejecuciones carlistas a la bayoneta para ahorrar cartuchos*. Eso se llama optimizar recursos. ¿Pero es innovar? En mi opinión sí. El objetivo a lograr es el mismo, cargarse a esos liberales descreídos de las viejas tradiciones, pero con el condicionante de tener que ahorrar cartuchos dadas las carencias evidentes de un bando con pocos amigos. Al fulano cejijunto y achaparrao que se le ocurrió la genial idea de pasar por la bayoneta a todos los liberales no le darían una medalla, pero seguro que lo tendrían en cuenta para futuras ocasiones. A ése le llaman: consultor en innovación.

Según parece los españoles poseemos la capacidad de encontrar solución a distintos problemas, pero carecemos de la paciencia necesaria para desarrollar dicha solución. En pocas palabras y como dijo el Dr. Mario Alonso Puig: "en España nos falta comprensión, esfuerzo y no somos capaces de ver el resultado. No persistimos. No vamos más allá. NO HAY PACIENCIA."

Parece mentira, un pueblo que lleva en su escudo el lema "Plus Ultra" (más allá) por sus muchas proezas en la mar océana, incapaz de hacer honor a ese lema. Y creo que es verdad. Nos invaden muchos temores a la hora de innovar y asumir el riesgo que implica dicha actuación. A mí el primero.

Uno de los obstáculos que el Dr. Mario Alonso Puig identificó en su charla sobre Innovación fue el de la "responsabilidad". Un exceso de responsabilidad paraliza cualquier proyecto innovador. E innovador, en sus propias palabras, no significa inventar lo ultimísimo, sino relacionar las cosas de forma diferente. Así es como pensó el consultor en innovación carlista. Un tipo responsable y temeroso del Señor hubiera ejecutado a los liberales como las buenas costumbres marcan: con su confesor, sus últimas voluntades, su cintita en los ojos, todos alineados, sus cartuchos anónimos para descargar de responsabilidad al pobre ejecutor, su apunten, su fuego y aquí paz y después gloria. Si no hubiera habido un creativo algo cruel, esos liberales aún seguirían esparciendo sus peligrosas ideas entre la tropa, poco instruida y menos preparada. La innovación, además de eficaz, ha de ser eficiente.

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*El ejemplo de innovación carlista está sacado de "Zumalacárregui" tercer libro de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.

Sigo pensando...

2 comentarios:

José Carlos León (comicpublicidad) dijo...

QUé bueno, qué bueno...

Así somos. Galdós se los pasaría bomba escribiendo los nuevos episodios nacionales.

Jesús Sarmiento dijo...

Jeje. Siempre me he preguntado cómo serían unos episodios nacionales actuales... una cosa tengo clara, no serían como los de Galdós.
Pronto el siguiente texto de innovación, pero antes... una entrada "bomba" :D