No soy un lector nato ni otan. No devoro libros, más que nada porque no tienen ni azúcar ni colesterol. Sin embargo, ayer compré uno, "El asombroso viaje de Pomponio Flato" de Eduardo Mendoza. Lo compré para leerlo de la que venía de Madrid. El viaje es largo y aburrido y las películas del Alsa son cada vez peores. Así que en esas cinco horas me leí el libro, que he de decir está bien, pero no es lo mejor de Eduardo Mendoza.
La idea es original, hay momentos bastante divertidos y descubrir los pequeños guiños a la historia de Jesucristo tienen su gracia. "El asombroso viaje de Pomponio Flato" es una pequeña travesura de Eduardo Mendoza donde se mezclan historia, religión y sentido del humor. Un romano, amante de la ciencia, recae en un pueblo de Palestina, allí es contactado por un pequeñajo que le contrata para que averigüe quién mató al rico del pueblo, crimen por el cual van a crucificar a su padre. Nunca un libro ha hecho tanta justicia con San José.
Cuando acabé de leerlo pensé... Y ahora ¿qué hago yo con este libro? Rara vez releo los libros y tenerlo en casa para coger polvo me pareció injusto con el libro. Así que decidí dárselo a mi compañera de asiento convencido de que ella le seguiría dando vida al libro. Los libros nacen para ser leídos y no leerlos es como matarlos en vida.
Sigo pensando...
Punto y (quizá) aparte
Hace 2 meses
2 comentarios:
¡Caray! ¡Qué buen gesto! Sin ser "fans" de ese señor leí hace unos añitos "Sin noticias de Gurb", "El misterio de la cripta embrujada" y "El laberinto de las aceitunas" y recuerdo que fue un autor que me descolocó mucho de primeras, aunque luego le cogí el gusto. No sé qué tal me parecerá ahora, con otra perspectiva, ya que de eso hace 10 años y los gustos cambian... Pero tu historia me recordó a eso que llaman "bookcrossing" , aunque yo todavía no he tenido la suerte de toparme con ningún libro por ahí... es más, es que si lo veo, no me atrevo a cogerlo por si me persiguen con eso de "¡al ladrón!"
jeje. Eduardo Mendoza está muy bien. A mí me gustó mucho "El tocador de mujeres". El título, ya por sí, es genial. Y el interior, rebosante de situaciones hilarantes y frases ingeniosas. Es un escritor de los pocos que yo puedo recomendar.
En sentido puro esto no es bookcrossing, más bien un regalo para que el libro siga cumpliendo su función. Las cafeterías son buenos lugares para dejar libros, siempre y cuando el del bar los deje a disposición del público, claro.
Un saludo.
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