Huevos de Asturias, calidad natural

Recuerdo la sensación de bienestar psicológico que me producían las clases de Introducción a la Publicidad. Tampoco se me olvida el "éxito" de mi campaña para los huevos de Asturias, calidad natural. Chicos, siempre que pidan voluntarios, sed los primeros. Vuestro trabajo, esfuerzo e iniciativa será mucho más valorado.

La campaña de los huevos fue un reto que nos propuso la profesora. Había que "crear" una campaña de un producto que no se anunciaba: los huevos. Mi propuesta, diseñada, como todo, la tarde anterior con el toro pillándome again, se basaba en el origen de los huevos (Asturias) y en las condiciones de vida de las gallinas (libertad). Dibujé un cartel a mano (de aquella hasta los trabajos de 20 folios los hacía a mano, de ahí que dejara de hacerlos y el profesor de historia me tildase de novio de la muerte por preferir el examen de toda la materia en junio a aprobar con esos trabajos). El diseño lo basé en el famosísimo "Asturias, paraíso natural", pero la arcada era ovoide y el lema: "Huevo de Asturias, calidad natural". Apoyaba el diseño (gráfica) una campaña "televisiva" con la presentación de dos situaciones. En blanco y negro corrales de cientos de gallinas en condiciones de vida infragallináceas. En color, una pita picoteando con las montañas asturianas al fondo. La otra secuencia. Un hombre gris come sin gana un huevo, ¿otra vez huevos? Y en color, lo mismo, pero... ¡otra vez huevos!

En fin, una presentación infantil, novata e ilusionante. Me prestó por la vida lanzarme con mis folios y dibujos a la palestra. Primer curso, primeras semanas. Había que romper el hielo, y la verdad que gustó. Eso sí, la profesora puso un par de pegas. Algo sobre el diseño del logo y que no había añadido muchos valores al huevo que vendía. Coño, asturiano ¿qué más?

El éxito de mi presentación lo viví días después en el metro. Dos chicas me paran y me dicen: "¿Tú eres el chico de los huevos, verdad?". Ay, viejos tiempos. Quizás debiera haber apostado por Pontevedra y estudiar Publicidad allí.

Sigo pensando...