Atención, momento abuelo Werther's. Cuando era pequeño mi padre me contaba que en los tiempos de la fame, allá por el 40, el café escaseaba y tenían que ingeniárselas para alargar lo que el racionamiento les concedía y el extraperlo les sangraba. Así, en casi todos los hogares españoles, se mezclaba el café con achicoria para darle color al agua caliente. La achicoria, más barata, era el sucedáneo del café. Al igual que el puré de patatas de hoy es el sucedáneo de la bechamel en las croquetas (Marcos, eso es paladar).
Hoy día, paseando por mi Gijón del alma, me he topado con una campaña gráfica curiosa. Una campaña para fomentar ¡¡¡el consumo de achicoria!!!
Más carteles y más info en http://www.achicoriaessalud.com/
Son tres carteles. Tonos ocres y con una estética similar a la de Fontaneda digestive (qué anuncio más bonito, ¿verdad?). Fruta, pescado y aceite de oliva, los tres alimentos estrella de una dieta saludable. Tan saludable como la achicoria. Esta campaña sólo se ha desarrollado por la cornisa cantábrica como informan en "A fuego lento". Será porque como no nos baña el Mediterráneo, no estamos tan condicionados por la dieta fetén.
Ya lo véis. Lo que ayer era un sucedáneo (y así consta aún en la RAE) hoy es un producto independiente, soberano que intenta tratar de igual a igual al café y abrirse un hueco en nuestra cabecita de consumidores. Cómo no, a través del argumento estrella estas navidades: "La salud". (Empiezo a echar de menos los tiempos de Baudelaire... y demás parnasos)
Sigo pensando...
Punto y (quizá) aparte
Hace 2 meses
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