Aprendiendo de los mayores

Las personas mayores son algo digno de observación. Son personas con una experiencia vital extensa fruto de sus aciertos y errores. Convivir con ellos, hablar con ellos, es aprender a ver las cosas desde otra perspectiva.

Donde hay un mayor, hay mucha luz

Son muchas las cosas que me llaman la atención de las personas mayores. Pero hay una que me "apasiona", sus latiguillos. Frases que a casi todos los viejos hemos oído alguna vez. Escuchar para aprender, aprender para crecer. Aquí traigo una pequeña recolección de frases de nuestros mayores. Sobra decir que podéis, si os animáis, aumentar la lista.

-"Hombre, Ramón, ¿qué tal?"
-"Tirando".

-"¿Sabes quién murió?"
-"No, meca, ¿quién?"

-"¿Te acuerdas de Rufino, el hijo de Soledad la del Rabicu, que se fue a Argentina, que, hay que ver, se casó con una negrona, que tuvo dos hijos, que uno estudió perito, y el otro se echó a la mala vida...?"
-"¿El hijo de Soledad?"
-"El mismo".
-"¿Qué le pasó?"
-"Murió".

-"No somos nada".

-"La comida de hoy no sabe como la de antes".

-"Con una peseta compraba una entrada para el cine, un pastel en "Trípoli" y aún me sobraba".

-"¡Hay que ver lo que has crecido! La última vez que te vi eras así".

-"Lo buen mozo que era... y a dónde llegamos...".

-"Que no nos falte la salud".

-"Ya sólo nos vemos en entierros y bautizos".

-"De aquí en un año".
-"Y nosotros que lo veamos".

-"Mi difunto esposo, que Dios lo tenga en la gloria..."

Y por ahora... vale.

Sigo pensando y escuchando...