Hace un tiempo leía el término kakkoi, que significa, más o menos, "molón" (http://loquemerevientadejapon.blogspot.com es muy recomendable). Hace menos días leía una entrada en La Patata Piloto sobre la sidra "El Gaitero" y su intento de penetra... (¿qué hora es?) bueno, introdu... en definitiva, vender su producto estrella (el turrón de yema, por bueno que esté, no lo es) en China. Un país tan grande que aún no se ha calculado su extensión aproximada en campos de fútbol (unidad universal de medida muy usada por los medios de comunicación).
Bien, pues después de esta chorrointroducción, vamos al turrón (¿os he dicho que el de yema de El Gaitero está muy bueno?). Resulta, que según los sidreros de Villaviciosa, su producto no encajaba en el país asiático por unas sencillas, pero infranqueables cuestiones culturales.
Tal y como cuenta María Cardín (labolsa.com), el famoso gaitero de la etiqueta sugería a los chinos la imagen de un samurái. Un guerrero japonés que repartía hostias como panes pero siempre con una sonrisa en la boca a modo de: te pego, pero no te pego por odio, sino por deber (al modo y manera de Bernardo Gálvez). Estos samuráis se regían por un código de honor llamado Bushido (éste inspiró a Millán Astray para crear el Credo Legionario. De éste yo destaco el décimo: "El espíritu de la muerte. [...] la muerte no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde." Ahí queda esa, Tomás.).
Y claro... las diferencias entre un Samurái y un gaitero son notables para nosotros, pero no para quien no ha visto y/u oído un gaitero en su vida. Así que para evitar suspicacias y confusiones retiran al icono tradicional del etiquetado.
Curiosamente, y volvemos a aspectos culturales, Sidra El Gaitero quiso entrar en China con su icono tradicional, pero cambiándole el nombre por otro más oriental y que hacía clara referencia a las características del producto: "Gedilan". Y claro, se armó el gran cacao. Según María Cardín los chinos no conocen la sidra, pero la identifican con un producto de importación y, por tanto, por el que hay que pagar más. ¿Qué ocurre si a un producto que se llama "Gedilan" lo tratas de vender como extranjero? Pues que te dirán, tururú. Es como si llega una empresa francesa a vendernos... (¿qué venden los franceses? Ah, ya, crepes) y en Asturias deciden llamarlos frixuelos pero cobrárnoslos como lo que son, un producto francés. Pues el consumidor asturiano, curtido en mil carrefoures, le dirá: ¿Cómo ye, ho?
Y eso es lo que dicen los chinos. Si es de importación, lo lógico es que el nombre sea extranjero para que yo esté dispuesto a pagar más por lo mismo. Así que la mente del consumidor asiático, perdón chino, ha "forzado" a que El Gaitero erradique "Gedilan" y ponga su verdadero nombre "El Gaitero" (samurái en chino ;)), pero con la paradoja de que el icono no es un gaitero, sino una manzana.
Ay, ¿no es maravillosa la mente de las personas? Y, otro cosa más, ¿no es maravilloso ver que la empresa se amolda al mercado y no el mercado a la empresa? Y otra más y ya acabo. Es de suponer que hicieron estudios previos para diseñar el producto a vender en China. Es un detalle que la noticia no aclara, pero que sería interesante conocer. Tal da la impresión que Sidra "El Gaitero" diseñó un producto pensando como un occidental piensa que pensaría un chino.
Sigo pensando...
Punto y (quizá) aparte
Hace 2 meses
2 comentarios:
La penetración de la sidra en China. Dios, ¿de verdad escribo sobre esas barbaridades? ;)
Qué bien, ya sé decir "samurái" en chino!!! El tema es muy simpático la verdad. Un saludete!
Cuando tengan que explicar a los chinos que, además de la sidra achampanada, hay otra que pasado los urales pierde y encima se escancia creo que a los chinos les va a dar un fatute.
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