Aunque parezca increíble estoy descubriendo la utilidad de bloglines (dejad que me apriete el cilicio un poco más). Esta herramienta te permite clasificar una serie de blogs según tus preferencias y estar al tanto de sus actualizaciones. ¿Cómo la descubrí? Gracias a alguien que, vayan ustedes a saber por qué, se ha suscrito a este bluf tan variopinto.
Internet es una red. Y la red tiene nodos de información. Se crean solos, se ganan a pulso esa consideración. Son personas que, no sólo comparten su experiencia y conocimiento (algo valiosísimo); sino que además sacan su navaja suiza con linterna incluida y te señalan sus fuentes, los lugares que exploran y de dónde sale todo lo que después hilvanan.
Ahora, dos blogueros (Juan y Javier), han sacado una curiosa iniciativa. Aunar, entre todos, los distintos "apellidos" que se han colgado de la palabra Marketing a lo largo de sus 50 años de historia. Phillip Kotler estaría orgulloso de ellos.
Han superado los 100 apellidos. Al final, más que probablemente, todo se resuma en una frase del tipo: "vender el máximo al menor coste".
Curiosamente, lego que es uno, mi aportación a esa interminable y curiosa lista es:
Marketing gastronómico
No sabría definirlo, pero si alguien quiere saber qué es, puede contactar con www.fenicia.com Ellos dicen dedicarse a ello y en Asturias han lanzado un concurso de pinchos y tapas para, supuestamente, introducir esa costumbre en nuestros hábitos de consumo en las tascas y tabernas de nuestras fermosas ciudades.
Sigo pensando...
Punto y (quizá) aparte
Hace 2 meses
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